martes, 19 de mayo de 2009

Resurrecciones

Sus letras me hicieron compañía en la hora del amor y el desamor, cuando las contradicciones no encontraron palabras a su desasosiego (Tengo miedo de verte, necesidad de verte, esperanza de verte / Y aunque la noche pase y yo te tenga y no).

Sin embargo aprendí la mejor Táctica y estrategia para el amor en la límpida sencillez de sus versos. (aprender como sos, aceptarte como sos). Un tratado de psicología no podría explicarlo mejor que estas dos líneas de Benedetti.

A su himno Defensa de la la alegría lo hice mío. Mi trinchera. Mi certeza. Mi bandera.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.

Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser míos.

Benedetti.

Un poeta no muere, porque resucita en su poesía.

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